En diciembre de 1946 -en la primera parte de la posguerra, en el Congreso Sionista en Basilea- David Ben Gurión asumió la cartera de Defensa, incluyendo la responsabilidad de la Haganá, que en ese momento se concentró en la lucha contra los británicos.

A pesar de las restricciones británicas, registros y detenciones, se formó una fuerza clandestina -con armada y artillería, aire y  poder marítimo- casi imposible, Ben Gurión decidió desde el principio que esto era la tarea decisiva: construir una fuerza en la preparación para un asalto de los ejércitos regulares de los países árabes, que el yishuv tendría que enfrentar solo, sin ayuda externa.

Encontró a la Haganá lamentablemente mal preparados para tal eventualidad y se dedicó con energía para rectificar esta situación. La importación y el despliegue de armas pesadas no eran posible, por la presencia británica, se decidió que la mano de obra debe ser preparada en el país y el equipo adquirido en el extranjero, a tiempo para evitar un asalto árabe, para cuando llegara el 15 de mayo de 1948,  día previsto para la terminación del Mandato británico y el día después de que Israel declarara su independencia.